OMÁN

Nos trasladamos al Suroeste de Asia para llegar a un destino tranquilo, abierto a los turistas y seguro. Hemos llegado a Omán, donde los turistas pueden descubrir, conducir e incluso ir a su aire por el país.

Nada que ver con sus vecinos Emiratos donde las grandes construcciones y el lujo prevalece a todo lo demás. Oman muestra una belleza pura, casi somnolienta, donde no hay nada que proyecte una sombra, dunas de alturas considerables y una temperatura de 40 hacía arriba en el desierto de Rimal al Wahiba, escenario de las Mil y Una Noches.

Contrasta el desierto con las costas, bañadas por el mar de Omán y el mar de Arabia. Playas kilométricas vacías y nada explotadas desde donde se pueden observar algunos delfines nadando cerca de la costa.

La historia de Omán se encuentra dirección Nizwa, todo gira entorno a esta ciudad del desierto donde tuvo la residencia el primer imán ibadí. Se podrá apreciar que la fortaleza del sultán sobresale a las palmeras y casas.

Cuidado!, Omán está considerado uno de los países más limpios del mundo, por lo que los chicles, pipas o cigarrillos está rotundamente prohibidos lanzarlos a la calle. Es más, llevar el vehiculo sucio puede acarrear multa. 

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Lo que no te debes perder 

• Haz una ruta en 4x4 por Rub’ al Khali, uno de los mayores desiertos de arena del mundo

• Practicar el senderismo por los valles en las épocas en que el agua discurre por ellos

• Disfrutar de unos días en alguna de sus paradisíacas playas, como Marjan, Al-Bustan, Al-Jissah o Qurum,

• Pasear por Mascate, la capital, y visitar el mayor zoco cubierto del mundo árabe

• Visitar los castillos y fuertes que se encuentran diseminados por todo Omán, como Al-Jalili, Al-Mirani, Nakhal o Sohar.

• Wadi Shab es un curso de agua dulce que llamará nuestra atención por su tonalidad turquesa en medio de un cañón rojizo